Los rayos UV existen todo el año, así que no es solo en el verano, en la playa o en la piscina que necesitas aplicarte protector solar. Incluso en días nublados debes usarlo.
El daño causado por el sol tiene un efecto acumulativo con el pasar de los años. Solo 15 o 30 minutos bajo el sol pueden causar daños dependiendo del tipo de piel.
Entonces, la protección del sol debe ser parte de los hábitos diarios de tu familia. Actividades como caminar, escalar, jugar en un parque, hacer deporte, jardinería o incluso caminar por la calle de una ciudad, requieren el uso de protector solar. Cómo asegurar que tú y tu familia se protejan adecuadamente:
• Enseña a tus hijos lo importante que es protegerse del sol.
• Guarda una pequeña botella de protector solar en tu cartera para que puedas aplicárselo en circunstancias imprevistas en las que tus hijos estén al aire libre.
• Usa un protector que al menos contenga un FPS de 15 o más alto, dependiendo de tu tipo de piel y cuánto tiempo planees estar fuera. • Busca un protector solar que tenga un espectro amplio. Es decir, que proteja contra los rayos UVA y UVB.
• Recuerda aplicar el protector en las áreas que frecuentemente se olvidan: los labios, orejas, cuello, detrás de las rodillas y la parte superior de los pies.
• Aplica una cantidad suficiente de protector solar para cubrir adecuadamente todas las áreas que queden expuestas al sol.
• Vuelve a aplicar cada dos horas o antes si estuviste en el agua, transpirando por un largo periodo de tiempo o si te secaste con una toalla.
• Si vas a salir y vas a transpirar mucho o vas a meterte al agua, usa un protector solar que sea resistente al agua y al sudor.
• Si es posible, busca una sombra. • Usa ropa que proteja del sol, especialmente un sombrero de ala ancha que cubra el cuello y las orejas.